Para la práctica —concretamente—, no siento que sea gran cosa.
Como símbolo, y para mí, sí es mucha cosa.
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Y por eso me formé para ser profesora online y creé AL SITIO LENGUAS, un lugar donde trabajo muy cómoda, donde siempre la paso bien, desde la primera clase que di hace varios años hasta la de esta mañana.
Y a medida que los resultados fueron mejores, mi entusiasmo creció y así el emprendimiento tomó más y mejor forma.
Emprender autónomamente implica tener que hacer muchas (muchísimas) tareas. Por ejemplo, en mi caso, es ocuparse de lo académico: preparar cada encuentro, cada clase, buscando que el alumno al desconectar su micrófono sienta que encontró lo que necesitaba y quiera volver; es también ocuparse de la comunicación: mantener prolijas y actualizadas las publicaciones en las redes sociales y asegurarse de que todos los botones del sitio web devuelvan siempre la respuesta pedida; es ocuparse de la parte comercial: presentar presupuestos, definir acuerdos, gestionar los pagos y verificar los cobros; es asimismo hacerse cargo de las responsabilidades y obligaciones legales e impositivas: presentar los documentos requeridos por los organismos oficiales y pagar lo que corresponde, todo en tiempo y forma. ¡Ah! ¡y sumemos a ello la necesidad, por suerte generalmente grata, de la formación contínua!
Enfin, es tanto lo que tenés que hacer al elegir este modo de trabajar que cuando sentís que todos esos ámbitos están "en marcha" y felizmente andando bien, no suena raro el querer asociar el nombre de tu emprendimiento a tu nombre personal y así resguardarlo ¿verdad?
Por eso fue grande, muy grande, mi emoción al recibir la comunicación de que ya disponía oficialmente del título de mi marca.
Registrar una marca en la Argentina
¿Para qué sirve una marca?
¿Es necesario registrar una marca?
¿Qué derechos obtengo al registrarla? etc. y también los pasos a seguir.
¡Todo mi ánimo a ellos!
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