Campaña de salvataje. Salvar palabras sencillas que a él le seguían hablando

 #Lengua española
#proyecto
Campaña de salvataje. "Salvemos 20 palabras del olvido"
#LiceoFranco-ArgentinoJeanMermoz



Sección:
Párrafos que nos motivan en la realización de este proyecto


En el capítulo LX conocemos al señor Cinoc. Primero no nos resulta muy simpático pero luego... 
CAPÍTULO LX
Cinoc, 1
(…)
Cinoc, que tenía a la sazón unos cincuenta años, ejercía una profesión curiosa: como decía él mismo, era «matapalabras»: trabajaba en la actualización de los diccionarios Larousse. Pero, mientras otros redactores se dedicaban a la búsqueda de voces y significaciones nuevas, él, para dejarles sitio, debía eliminar todas las palabras y acepciones que habían caído en desuso.

Cuando se jubiló, en mil novecientos sesenta y cinco, después de cincuenta y tres años de una labor escrupulosa, había hecho desaparecer cientos y miles de herramientas, técnicas, costumbres, creencias, dichos, manjares, juegos, apodos, pesos y medidas; había borrado del mapa decenas de islas, centenares de poblaciones y ríos, millares de cabeceras de partido; había relegado a su anonimato taxonómico centenares de tipos de vacas, especies de pájaros, insectos y serpientes, peces un poco especiales, variedades de moluscos, de plantas no del todo idénticas, tipos particulares de frutas y verduras; había hecho desvanecerse en la noche de los tiempos a cohortes de geógrafos, misioneros, entomólogos, Padres de la Iglesia, literatos, generales, Dioses & Demonios.

¿Quién iba a saber en lo sucesivo qué había sido el vigígrafo, «especie de telégrafo de vigías que se comunican unos con otros»? ¿Quién podría imaginar que había existido, quizá durante generaciones, «una maza de madera colocada en la extremidad de un palo para machacar los berros en las fosas inundadas» y que aquella maza se llamaba schuéle (chu–èle)? ¿Quién se acordaría del velocímano?

VELOCÍMANO (s. m.)
(del lat. velox, ocis, veloz, y manus, mano). Aparato de locomoción, especial para niños, en forma de caballo, montado sobre tres o cuatro ruedas; se llama también caballo mecánico.

¿Dónde estaban (…) aquellas palatines, pieles que llevaban las mujeres al cuello en invierno, llamadas así por la princesa Palatina, que introdujo su uso en Francia durante la minoría de Luis XIV (…)?

¿Qué había sido de (…)? ¿Y de Albert de Routisie (Basilea, 1834-Mar Blanco, 1867)? Poeta y novelista francés. Gran admirador de Lomonossov, decidió ir en peregrinación a Arkhangelsk, su ciudad natal, pero el buque naufragó cuando iba a llegar a puerto. Después de su muerte, su hija única, Irène, publicó su novela incompleta, Los cien días, una selección de poemas, Los ojos de Melusina, y, con el título de Lecciones, una admirable colección de aforismos que sigue siendo su obra más acabada.

¿Quién sabría en lo sucesivo que François Albergati Capacelli era un dramaturgo italiano nacido en Bolonia en 1728 y que la puerta de bronce del obitorio de Carennac se debía al fundidor Rondeau (1493-1543)?  

Cinoc empezó a vagar por las orillas del Sena, revolviendo los puestos de libros, hojeando novelas a diez céntimos, ensayos pasados de moda, guías de viaje caducadas, viejos tratados de fisiología, mecánica o moral, atlas anticuados en los que aún aparecía Italia como un mosaico de pequeños reinos. Más tarde acudió a la biblioteca municipal del distrito XVII, en la calle Jacques Binjen, donde se hacía bajar del desván infolios polvorientos, manuales Roret, libros de la Biblioteca de las Maravillas y viejos diccionarios (…).

Por último, cuando hubo agotado los recursos de la biblioteca del barrio, se atrevió a inscribirse en la Biblioteca Sainte-Geneviève y comenzó a leer a aquellos autores cuyos nombres veía grabados en la fachada, al entrar (…).

Leía lentamente, apuntaba las palabras raras y poco a poco tomó cuerpo su proyecto y decidió redactar un gran diccionario de voces olvidadas, no para perpetuar el recuerdo de los Akkas, pueblo enano negro del África central, o de Jean Gigoux, pintor de cuadros históricos, o Henri Romagnesi, compositor de romanzas, 1781-1851, ni para eternizar el escolecóbroto, coleóptero tetrámero de la familia de los longicornios, tribu de los cerambicinios, sino para salvar palabras sencillas que a él le seguían hablando.

En diez años reunió más de ocho mil, a través de las cuales quedó descrita una historia hoy apenas transmisible:

RONDELIN (s. m. raíz rond) Voz burlesca usada por Chapelle para designar un hombre muy gordo: Para ver al buen rondelin no es menester catalejo.

CADETTE (s. f.) Piedra labrada usada para el adoquinado.

BEAUCEANT (s. m.) Estandarte de los Templarios.

LOUISETTE (s. f.) Nombre dado por algún tiempo a la guillotina, cuyo invento se atribuía al Doctor Louis. «Louisette era el nombre amistoso que daba Marat a la guillotina» (Victor Hugo).

RUISSON (s. m.) Canal para vaciar las salinas.

TIERÇON (s. m.) Cost. ant. Medida de líquidos que equivalía a la tercera parte de la medida entera. El tierçon tiene una capacidad de: en París 89,41 litros, en Burdeos 150,80 litros, en Champaña 53,27 litros, en Londres 158,08 litros y en Varsovia 151,71 litros.

GIBRALTAR (s. m.) Dulce de pastelería.

HACHARD (s. m.) Cizalla para cortar hierro.

FEURRE (s. m.) Paja de cualquier clase de trigo. Paja larga para reparar sillas.

VIGNON (s. m.) Retama espinosa, aulaga.

ROQUELAURE (s. f.) (Del nombre de su inventor, el duque de Roquelaure.) Especie de gabán abrochado por delante de arriba abajo con botones.

LOUPIAT (s. m.) Pop. Borracho. «Buena la había hecho, con su loupiat de marido.» (E. Zola.)(…)

🧩Leer aquí versión original en francés / traducción al español.

Campaña de salvataje. "Salvemos 20 palabras del olvido"


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Campaña de salvataje. Sauver des mots simples qui continuaient encore à lui parler

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Dans le chapitre LX nous faisons connaissance avec M. Cinoc. Au début, nous ne le trouvons pas trop sympathique mais puis...

CHAPITRE LX
Cinoc, 1
(…)
Cinoc, qui avait alors une cinquantaine d’années, exerçait un curieux métier. Comme il le disait lui-même, il était « tueur de mots » : il travaillait à la mise à jour des dictionnaires Larousse. Mais alors que d’autres rédacteurs étaient à la recherche de mots et de sens nouveaux, lui devait, pour leur faire de la place, éliminer tous les mots et tous les sens tombés en désuétude.

Quand il prit sa retraite, en mille neuf cent soixante-cinq, après cinquante-trois ans de scrupuleux services, il avait fait disparaître des centaines et des milliers d’outils, de techniques, de coutumes, de croyances, de dictons, de plats, de jeux, de sobriquets, de poids et de mesures ; il avait rayé de la carte des dizaines d’îles, des centaines de villes et de fleuves, des milliers de chefs-lieux de canton ; il avait renvoyé à leur anonymat taxinomique des centaines de sortes de vaches, des espèces d’oiseaux, d’insectes et de serpents, des poissons un peu spéciaux, des variétés de coquillages, des plantes pas tout à fait pareilles, des types particuliers de légumes et de fruits ; il avait fait s’évanouir dans la nuit des temps des cohortes de géographes, de missionnaires, d’entomologistes, de Pères de l’Église, d’hommes de lettres, de généraux, de Dieux & de Démons.

Qui désormais saurait ce qu’avait été le vigigraphe, « espèce de télégraphe de vigies qui se correspondent » ? Qui désormais pourrait imaginer qu’il avait existé pendant peut-être des générations une « masse de bois placée au bout d’un bâton pour fouler le cresson dans les fosses inondées » et que cette masse se nommait une schuèle (chu-èle) ? Qui se souviendrait du vélocimane ?

VÉLOCIMANE (n. m.)
(du lat. velox, ocis, rapide, et manus, main). Appareil de locomotion, spécial pour les enfants, en forme de cheval, monté sur trois ou quatre roues, et dit aussi cheval mécanique.

Où étaient passés (…) ces palatines, fourrures que les femmes portaient sur le cou en hiver, ainsi nommées de la princesse Palatine qui en introduisit l’usage en France sous la minorité de Louis XIV (…) ?

Qu’étaient devenus (…) ? Et Albert de Routisie (Bâle, 1834-En mer Blanche, 1867). Poète et romancier français. Grand admirateur de Lomonossov, il décida de faire un pèlerinage à Arkhangelsk, sa ville natale, mais le navire fit naufrage juste avant d’arriver au port. Après sa mort, sa fille unique, Irène, publia son roman inachevé, Les Cent-Jours, un choix de poèmes, Les Yeux de Mélusine, et, sous le titre de Leçons, un admirable recueil d’aphorismes qui reste son ouvrage le plus achevé.

Qui saurait désormais que François Albergad Capacelli était un dramaturge italien né à Bologne en 1728, et que c’est au maître fondeur Rondeau (1493-1543) que l’on devait la porte de bronze de la chapelle obituaire de Carennac ?

Cinoc se mit à traîner le long des quais, fouillant les étals des bouquinistes, feuilletant des romans à deux sous, des essais démodés, des guides de voyages périmés, des vieux traités de physiologie, de mécanique ou de morale, des atlas surannés où l’Italie apparaissait encore comme un bariolage de petits royaumes. Plus tard il alla emprunter des livres à la bibliothèque municipale du XVIIe arrondissement, rue Jacques-Bingen, se faisant descendre des combles des in-folio poussiéreux, des manuels Roret, des livres de la Bibliothèque des Merveilles, et des vieux dictionnaires (…).

Enfin, quand il eut épuisé les ressources de sa bibliothèque de quartier, il alla, s’enhardissant, s’inscrire à Sainte-Geneviève et il se mit à lire les auteurs dont, en entrant, il voyait les noms gravés sur la façade (…).

Cinoc lisait lentement, notait les mots rares, et peu à peu son projet prit corps et il décida de rédiger un grand dictionnaire des mots oubliés, non pas pour perpétuer le souvenir des Akkas, peuple nègre nain de l’Afrique centrale, ou de Jean Gigoux, peintre d’histoire, ou d’Henri Romagnesi, compositeur de romances, 1781-1851, ni pour éterniser le scolécobrote, coléoptère tétramère de la famille des longicornes, tribu des cérambycins, mais pour sauver des mots simples qui continuaient encore à lui parler.

En dix ans il en rassembla plus de huit mille, au travers desquels vint s’inscrire une histoire aujourd’hui à peine transmissible :

RONDELIN (s. m., rad. rond) Mot burlesque dont Chapelle s’est servi pour désigner un homme fort gros : Pour le voir le bon rondelin Point n’est besoin de longue-vue.

CADETTE (s. f.) Pierre de taille propre au pavage.

BEAUCÉANT (s. m.) Étendard des Templiers.

LOUISETTE (s. f.) Nom qui fut donné pendant quelque temps à la guillotine, dont on attribuait l’invention au Docteur Louis. « Louisette était le nom d’amitié que Marat donnait à la guillotine » (Victor Hugo).

RUISSON (s. m.) Canal pour vider un marais salant.

TIERÇON (s. m.) Anc. cout. Mesure de liquide qui contenait le tiers d’une mesure entière. Le tierçon a une contenance de : à Paris 89 litres 41, à Bordeaux 150 litres 80, en Champagne 53 litres 27, à Londres 158 litres 08 et à Varsovie 151 litres 71.

GIBRALTAR (s. m.) Entremets de pâtisserie.

HACHARD (s. m.) Cisaille pour le fer.

FEURRE (s. m.) Paille de toute sorte de blé. Paille longue pour rempailler les chaises.

VIGNON (s. m.) Genêt piquant.

ROQUELAURE (s. f.) (Du nom de son inventeur, le duc de Roquelaure.) Espèce de manteau fermé sur le devant par des boutons, depuis le haut jusqu’en bas.

LOUPIAT (s. m.) Pop. Ivrogne. « Elle était bien plantée avec un loupiat de mari. » (É. Zola.)
(…)

🧩Leer aquí versión original en francés / traducción al español.
 
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Campaña de salvataje. Sobre la defensa del idioma

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Hacia el final del capítulo I, "Una lengua en deterioro", leemos: 

Nadie parece considerar las repercusiones del escaparate que constituyen las palabras: su influencia en cómo se ve a sí misma toda una comunidad, incluso en cómo es la sociedad que habla una misma lengua y cómo goza y sufre a través de ella. Con el uso que cada uno da al lenguaje quedan retratados el político, el deportista, el actor, el vendedor de lavadoras. Adivinamos si tras las palabras se halla una persona cultivada, un gañán, una víctima de la sociedad, un aburrido, un ególatra, un brillante conversador, una persona inteligente o alguien que no ha sido acostumbrado a razonar, un candidato interesante para el empleo que ofrecemos —incluso el de presidente del Gobierno— o alguien en quien jamás se habrá de confiar... Podremos fijarnos en los que usan desmedidamente la primera persona, en los que nunca pronuncian el nombre de su interlocutor, en los que lo emplean continuamente, en quienes manejan el subjuntivo con soltura y en los que no saben conjugarlo, en quienes intentan darse importancia con palabras que les vienen grandes — "voy a hacer una observancia", interrumpió alguien desde el público con ánimo de que el conferenciante le tuviera en cuenta—, en los que definen con precisión los conceptos y muestran con ello una mente ordenada, en los que no saben explicarse y, por tanto, tal vez no saben entenderse...

Eso sí, cualquiera de quienes desprecian su propio lenguaje y se expresan con lamentable pobreza apreciará el talento de los escritores y los dramaturgos, y de algunos periodistas, tal vez también el de un poeta clásico.

Pero lo verán como una virtud meramente profesional. Algo que no les atañe a ellos, sino sólo a quienes viven del oficio de juntar palabras.

Sin embargo, la elegancia de los actores y de las actrices, o su agraciado rudimento indumentario, o su cara bonita, constituyen un bagaje profesional que ellos aprovechan y nosotros admiramos, y que también desearíamos todos en nuestro catálogo personal sin necesidad de utilizarlo para aumentar los ingresos, sino sólo como mera cualidad social que nos atraiga el cariño y el respeto de los demás. No querremos convertirnos en profesionales del tenis, pero cualquier aficionado desea golpear la bola con estilo y quedar bien ante los espectadores del barrio, y a ser posible ganar la partida al amigo que se ha puesto enfrente.

¿Por qué no sucede nada de esto con el lenguaje, algo que entendemos ajeno y que, sin embargo, nos pertenece tanto?

Las modas sociales invitan por doquier al cuidado de cuanto pueda reflejar en el exterior lo que somos por dentro, incitan al culto de todas las apariencias: la casa, la decoración, el coche, la ropa... excepto de la apariencia que mana de lo más profundo de nuestro intelecto: el idioma. Incluso quienes hacen gala de un dominio eficaz del lenguaje se ven a menudo descalificados como cursis o sabihondos. 

(...)

El vocabulario de las personas se reduce paulatinamente, lo que redunda en que también disminuyan sus ideas. Ha dicho el escritor Francisco Ayala: "La costumbre de recibir información a través del televisor está apartando a mucha gente de la práctica de la lectura, pero no menos cierto es que la pérdida del hábito de leer, a que la invasora información audiovisual induce, tiene por efecto la atrofia de las capacidades imaginativas y de las capacidades raciocinantes. Las nociones absorbidas por la vista, acompañadas o no de un mensaje auditivo, tienen un carácter sensorial directo y tienden a provocar en el sujeto una reacción inmediata, quizá mecánica e irreflexiva, en contraste con las nociones adquiridas a través de la escritura, que exigen elaboración mental por parte del lector, activando así sus potencias discursivas, estimulando su conciencia crítica y obligándole a transformar en imágenes de propia creación los signos del lenguaje".

Perdemos vocablos y conceptos como perdemos capacidad de ideación y observación. Ya nadie distingue los pájaros, nadie diferencia el gorjeo de un gorrión del silbido de un mirlo, ni un hayedo de un robledal, ni un endrino de una encina. 

Campaña de salvataje. "Salvemos 20 palabras del olvido"



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Campaña de salvataje. El proyecto

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Participantes: 
Alumnos de 6to grado (sistema argentino) o 6ème (sistema francés) en el marco de la materia "Lengua y Literatura".

Presentación general:
Realizaremos esta campaña de salvataje con la intención de dotar el conocimiento escolar que surge del trabajo diario en el aula —es decir, en este caso los aprendizajes de los temas y contenidos de la materia "Lengua y Literatura"—  de un nuevo sentido y de ponerlo a favor de otros modos de enseñanza-aprendizaje.

Se tratará, modestamente, de un intento de conseguir actitudes positivas y curiosas hacia la lengua española, de manera de construir un aprendizaje significativo para los alumnos.

Junto con la curiosidad, deseamos renovar la valoración que hacen los alumnos de las posibilidades de la lengua para expresar y compartir ideas, emociones y conocimientos.

Una palabra está peligro cuando la gente la olvida por dejar de usarla. 
A partir de esta afirmación, surgida del mero sentido común, daremos inicio a esta campaña de salvataje.
Trabajaremos a lo largo del proyecto realizando actividades (teóricas, prácticas, lúdicas, grupales, individuales, plásticas trascendiendo lo exclusivamente verbal—, etc.) que convergerán en la realización de la campaña de salvataje propiamente dicho.
Esta campaña, que buscará —vale la aclaración— salir del aula y abarcar los espacios de la escuela y el entorno familiar y social de los alumnos, comprenderá varios momentos de “socialización”, es decir de contacto con ese afuera del aula, tales como: 
una encuesta, 
la redacción de juegos que inviten a usar las palabras cuya supervivencia está en peligro, 
una “batalla de rap”, 
publicaciones en las redes, entre otras. 
¡Y una más que por el momento queda en secreto!

En la primera etapa, será cuestión de la sensibilización y del estudio
Realizaremos varias actividades a fin de conocer muy bien un listado de palabras consideradas a priori como posiblemente en peligro; los alumnos estudiarán aquí nociones de morfología, familias de palabras, semántica, sinonimia, etimología, gramática, etc. y conseguirán por ende una, aunque tímida, imprescindible conciencia metalingüística

Luego vendrá el momento de la problematización
¿El uso de las palabras queda al arbitrio de prejuicios lingüísticos?
¿Cómo elegimos las palabras que usamos? ¿Por qué elegimos (o no) siempre las mismas? 
¿Hay palabras peores que las demás? ¿o menos útiles? ¿o difíciles? ¿o anticuadas? ¿hay palabras cuyos usos muestran a sus usuarios cursis o sabihondos?
La idea será acrecentar en los alumnos el interés por la lengua como fenómeno social, parte clave del patrimonio cultural común, y sobre todo permanentemente cambiante y por ende, en riesgo.

Etapa de la investigación
Mediante una encuesta, los alumnos identificarán y contabilizarán las preferencias de uso de las personas entrevistadas en relación con las palabras previamente estudiadas. 
Posibles preguntas de la futura encuesta:
¿Conoce el significado de estas palabras? 
¿Cuáles de ellas cree haber leído o escuchado en el último año?
¿Cuáles de ellas cree haber usado en el último año?

El diseño y la redacción de la encuesta así como la presentación (escrita y oral) de informes parciales y deducciones o reflexiones a partir de lo constatado apuntarán también a potenciar la expresión de los alumnos en lengua española.
Esto requerirá asimismo de parte de ellos la apropiación de recursos lingüísticos propios de estos tipos de textos que les serán brindados con antelación.

Lo que seguirá son las actividades de salvataje
Hacer que esas palabras sean usadas por más gente más a menudo.

Etapa de la evaluación de la campaña
Recapitularemos sobre lo aprendido a lo largo del proceso y, luego, transcurridos unos meses, antes del cierre del año, repetiremos la encuesta y compararemos sus resultados con los de la primera.

Disparadores (para más adelante):
Intentar responder a las siguientes preguntas:
Si la campaña no funcionó de la manera en que nos habría gustado, ¿qué deberíamos cambiar en una nueva edición? 
Si la campaña dio buenos resultados, ¿preparamos una nueva, por ejemplo: “salvando proverbios del olvido”

Para sostener el desafío:
Además del objetivo obvio, inherente, de apropiarse e intentar “salvar 20 palabras del olvido”, esta campaña pretende:
. Profundizar los vínculos entre los alumnos mediante la constitución de equipos de rescate,
Proponer una inclusión provechosa de lo digital al servicio de sus diferentes etapas,
Ofrecer herramientas cognitivas en contexto y
Desarrollar competencias que permitan a los alumnos actuar más y mejor, es decir: de modo creativo a la vez que reflexivo y responsable.


Campaña de salvataje. "Salvemos 20 palabras del olvido"



Esto tiene continuación. Ver Campaña de salvataje. Todas las Entradas.

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#Lengua española
#proyecto
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Todas las Entradas relacionadas con el proyecto: 
Campaña de salvataje. "Salvemos 20 palabras del olvido"


Entradas en preparación:
La relación con Mai des langues
Las palabras que, sospechamos, están en peligro
Cómo aprendimos y empezamos a usar esas palabras
La encuesta
Actividades de salvataje
Actividades plásticas. ¡Manos a la obra! 
Las redes nos ayudarán
(...)

Artista: REP, Miguel Repiso

De cuadros y de cuentos. Para entrar en tema... Jorge Luis Borges

#Lengua española y #Literatura 
#cuentos #ALaManeraDe 
#ManuelMujicaLainez
#MuseoDelPrado #MuseoNacionalDeBellasArtes
#ArtesEnLaClaseDeLenguaYLiteratura
#proyecto #ActionPédagogique
"Unos jóvenes cuentistas en el Museo Nacional de Bellas Artes"
#LiceoFranco-ArgentinoJeanMermoz



Sobre el hecho estético.

No sé si es porque antes de entrar de lleno en el proyecto trabajaremos en una unidad dedicada a la mitología clásica o si es por otra razón... 
Siento que este párrafo final de un ensayo de Jorge Luis Borges también (me, nos) ayuda a ir entrando en tema.

Fragmento de La muralla y los libros en Otras inquisiciones

 



Esto tiene continuación. Ver De cuadros y de cuentos. Todas las Entradas.  

De cuadros y de cuentos. Para entrar en tema... Amélie Nothomb

#Lengua española y #Literatura 
#cuentos #ALaManeraDe 
#ManuelMujicaLainez
#MuseoDelPrado #MuseoNacionalDeBellasArtes
#ArtesEnLaClaseDeLenguaYLiteratura
#proyecto #ActionPédagogique
"Unos jóvenes cuentistas en el Museo Nacional de Bellas Artes"
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Un párrafo de Amélie Nothomb en Ni d'Ève ni d'Adam para ir entrando en tema...





Esto tiene continuación. Ver De cuadros y de cuentos. Todas las Entradas. 

De cuadros y de cuentos. Todas las Entradas

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#cuentos #ALaManeraDe 
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"Unos jóvenes cuentistas en el Museo Nacional de Bellas Artes"
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Todas las Entradas relacionadas con el proyecto: 
"Unos jóvenes cuentistas en el Museo Nacional de Bellas Artes"

Para entrar en tema... Marguerite Yourcenar
Para entrar en tema... Ramón Gómez de la Serna



Entradas en preparación:
El proyecto
Los cuentos elegidos

Estimulación de la lectura, por Ricardo Mariño

(Algunas) "Máximas y mínimas sobre estimulación de la lectura", por Ricardo Mariño.






Tomadas de la ponencia presentada por el autor en la mesa redonda "La lectura continúa", realizada en el marco de las Jornadas para Docentes y Bibliotecarios "Escenarios para la promoción de la lectura" en la 15ª Feria del Libro Infantil y Juvenil (Buenos Aires, julio de 2004). 




La cathédrale de Rouen, Bibliotheca

García Márquez y Prévert, por ejemplo. García Márquez et Prévert, par exemple

 

.Activar saberes previos
.Motivar ayudándome con la lengua materna
.Recordar la dimensión comunicativa pero también artística y expresiva de las lenguas (la propia y la nueva estudiada)
Como varios de mis alumnos estudiantes de español son francófonos y varios de mis alumnos de francés, hispanohablantes, cada tanto me propongo el desafío de prepararles actividades donde "cruzo" documentos producidos en una y otra lengua.

.Activer des savoirs préalables
.Motiver en m'appuyant sur la langue maternelle
.Rappeler la dimension communicative mais aussi artistique et expressive des langues (la propre et la nouvelle)

Un grand nombre de mes étudiants d'espagnol sont francophones et un grand nombre aussi de mes étudiants de français sont hispanophones, voilà pourquoi de temps en temps je me propose un enjeu: leur préparer des activités créées à partir d'un croisement de documents produits en l'une et l'autre langue.

¡Las primeras propuestas!
En voilà les premiers exemples !  

#relato #récit

#papier #papel

Lire les couvertures pour, entre autres, développer la sensibilité sémiotique

Depuis très longtemps je « collectionnais » des photos de couvertures (différentes langues, maisons d'édition, années de publication, etc.) de « LA VIE MODE D'EMPLOI », le roman publié par Georges Perec en 1978. En voilà quelques unes :


Puis, quand j'ai commencé à lire ce roman dans le cadre d'un cours FLE, j'ai voulu montrer à mes étudiants la créativité et la richesse que ces couvertures nous offraient ce qui explique la création de cet album de puzzles* :

Jouez ici !

Au début, je montrais à mes étudiants ces couvertures juste à titre d'illustration et comme déclencheurs d'expression orale ; je leur proposais de restituer les puzzles afin de découvrir l'image retenue par chaque édition et en faire une description, un commentaire... Je ne me servais pas spécialement des couvertures, en fait.  
Ce n'est qu'après la lecture d'un ouvrage de Jean-Pierre Goldenstein« Entrées en littérature » que j'ai acheté motivée par quelques lignes de sa quatrième de couverture : « (...) propositions méthodologiques théoriques et pratiques [pour] aborder le fait littéraire de façon rénovée »— que j'ai commencé à réfléchir à la vraie richesse de l'appareil paratextuel.

J'en transcris ci-après le début du chapitre 4. Je souhaite que ces quelques paragraphes vous motivent à commencer à développer la sensibilité sémiotique chez vos étudiants !


Il s'agit dans ce chapitre d'apprendre à faire porter notre attention sur ce qui précède le texte, afin de montrer que les divers éléments du hors-texte (nom de l'auteur, titre de l'ouvrage, appartenance générique, nom de l'éditeur, épigraphe, dédicace, préface, postface, bibliographie, prière d'insérer, bande de lancement...), l'appareil paratextuel donc, informe la lecture de façon non négligeable et participe à sa façon d'une entrée en littérature conséquente.

À la croisée du linguistique et de l'iconique, l'appareil paratextuel nous propose une série d'observations qui touchent autant à l'apprentissage de la langue que de la culture et de la civilisation auxquelles le texte-objet choisi appartient.

Apprendre à ne pas se ruer sur le texte comme seul lieu dépositaire de sens convie le lecteur à exercer ce que l'on pourrait appeler sa sensibilité sémiotique. Élaborer des hypothèses concernant la construction du sens du texte avant le texte permet d'insérer la lecture dans le cadre de production/réception qui est le sien : celui d'une institution tributaire d'une économie de marché comme de consommation de biens culturels.

 

*Il m'arrive très fréquemment de travailler avec des puzzles en cours de langue : Voir ici d'autres exemples d'exploitation didactique. 


Tous les Billets de la série « FRANÇAIS - Mode d'emploi. OuLiPo », voir ici.